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18 julio 2008

El robo de los 100 kilos de cocaína y heroína en la Jefatura

Los más de 100 kilos de cocaína y heroína sustraídos en la sede de la Jefatura Superior de Policía de Blas Infante alcanzan en el mercado negro un valor de cinco millones de euros. Un día después de que se destapara que la unidad de Asuntos Internos de la Policía Nacional investiga el robo de la droga, las pesquisas apuntan claramente a que el delito se cometió con toda probabilidad desde dentro de la sede policial. Las sospechas se centran inicialmente sobre los propios agentes de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco), que tenían encomendada la custodia de los alijos intervenidos en las distintas operaciones antidroga. La cantidad de droga sustraída oscila entre los 100 y los 150 kilos, de los cuales una cuarta parte es heroína y el resto, cocaína. Los estupefacientes fueron sustraídos de forma gradual, en pequeñas cantidades y en un período de tiempo inferior a un año. Para no levantar sospechas, el autor de las sustracciones fue sustituyendo la droga por otras sustancias de un color y textura similares, lo que evitó que se echaran en falta las sustancias estupefacientes hasta que un juzgado ordenó, hace aproximadamente un mes y medio, la práctica de un contraanálisis de uno de los alijos que se custodiaban en los sótanos de la Jefatura. La realización de esa prueba fue solicitada por un abogado defensor, dentro de una práctica habitual en los delitos contra la salud pública, donde es muy común que las defensas reclamen la realización de ese contraanálisis que tiene, entre otras finalidades, garantizar la cadena de custodia: que no ha habido ningún error sobre el alijo intervenido al presunto traficante y las otras sustancias estupefacientes que están a disposición policial y que proceden de otras aprehensiones. La legislación vigente establece que los alijos deben ser destruidos por orden judicial y a la mayor brevedad posible, siempre y cuando se haya procedido a su análisis y se reserven las muestras suficientes para los preceptivos análisis alternativos.En el contraanálisis se descubrió precisamente que la droga había sido sustituída por otra sustancia, lo que motivó el inicio de la investigación por parte de la unidad de Asuntos Internos de la Policía y la apertura de una investigación judicial sobre la que se ha decretado el secreto de sumario. La Fiscalía hispalense también fue informada de la desaparición de la droga.En cuanto a la autoría de los robos, cada vez cobra más fuerza la hipótesis de que el presunto autor de los mismos puede ser un funcionario de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado de Sevilla, que está integrada por varias decenas de agentes. La droga estaba almacenada en unos antiguos calabozos que hay en los sótanos de la Jefatura de Blas infante, en una zona muy vigilada y con fuertes medidas de seguridad. En ese sotano hay muchas celdas, algunas de ellas individuales, otras para dos personas e incluso algunas con capacidad para albergar a un grupo de entre 15 y 20 personas. Son precisamente estos calabozos más amplios los que la Udyco utilizaba a modo de depósito para las sustancias que iba interviniendo en su quehacer cotidiano. La entrada al sótano de la sede policial donde están las celdas está controlada por una cámara de vigilancia y para acceder al calabozo en el que se guardaban las sustancias estupefacientes hay que abrir tres cierres: dos candados con llaves distintas y una tercera llave maestra. Como ninguno de estos cerrojos presenta signos de haber sido forzado, los agentes de la unidad de Asuntos Internos encargados de la investigación sospechan que el ladrón pudo acceder al almacén con las llaves originales o con una copia de las mismas. Fuentes del caso explicaron ayer que la investigación está muy avanzada y podría dar resultados en breve, con la detención del presunto responsable de la sustracción de los más de 100 kilos de cocaína y heroína. Asuntos Internos también trata de averiguar el destino final de la droga robada, si acabó de nuevo en el mercado ilícito, aunque este extremo será difícil seguirle la pista por el propio modus operandi que empleó el ladrón, al realizar diversas sustracciones y cambiar la droga por otras sustancias.La sustracción de los estupefacientes ha generado un gran malestar en el seno de Policía de Sevilla y en la propia Udyco, una unidad que desde su creación ha cosechado importantes éxitos en la lucha contra el narcotráfico.

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