Un hombre condenado a diez años de prisión por narcotráfico se ha fugado aprovechando que se hallaba en libertad por un nuevo error judicial, al no haberse controlado el plazo de prisión preventiva. El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ya ha abierto un expediente a la magistrada de la Audiencia de Sevilla encargada del caso, a la que se atribuye en principio una falta muy grave de desatención.El reo fugado, Pedro Ramos Gómez, fue condenado junto a otros dos individuos como integrantes de una red a la que fueron intervenidos 30 kilos de heroína en una parcela situada en el término municipal de Coria del Río, aunque muy próxima al casco urbano de Dos Hermanas. El acusado llevaba en prisión preventiva desde el 16 de febrero de 2006 y la sentencia condenatoria fue dictada en octubre de 2007, pero presentó un recurso de casación ante el Tribunal Supremo al no estar conforme con la pena impuesta.
Los magistrados de la Sección Séptima de la Audiencia de Sevilla -la misma sala que tardó casi tres años en confirmar la condena al pederasta Santiago del Valle, presunto asesino de Mari Luz- no se percataron de que tenían que prorrogar la situación de prisión preventiva -que cumplía a los dos años- hasta que el Tribunal Supremo les remitió un oficio pidiendo información sobre la fecha de finalización de la prisión provisional.
El tribunal ordenó entonces la libertad de Pedro Ramos, al que no obstante se impuso la obligación de comparecer todos los lunes y viernes de cada semana.La puesta en libertad se produjo después de que la Audiencia de Sevilla negara su liberación hasta en cinco ocasiones anteriores desde su arresto, y en esta ocasión la excarcelación tuvo lugar sin que lo solicitara su abogado y sin un pronunciamiento al respecto de la Fiscalía hispalense.El reo cumplió con estas comparecencias hasta hace varias semanas, por lo que la Sección Séptima dictó el viernes 9 de enero una orden de busca y captura contra el narcotraficante. Mientras tanto, el Tribunal Supremo había confirmado íntegramente la condena, al rechazar hace varios meses el recurso que presentó el acusado.
La salida de la cárcel del narcotraficante era obligatoria, al no haberse prorrogado la situación de prisión preventiva, que podría haberse mantenido hasta alcanzar un máximo de cinco años, es decir, a la mitad de la condena que le había impuesto la Audiencia de Sevilla.El caso de este narcotraficante fue abordado por la Comisión Disciplinaria del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) que, en una reunión celebrada el pasado 18 de diciembre, acordó abrir un expediente disciplinario a la magistrada de la Sección Séptima Esperanza Jiménez Mantecón.
La Comisión Disciplinaria entiende que su conducta puede constituir una falta "muy grave" de desatención, una sanción superior a la que se impuso en su día al juez Rafael Tirado por el retraso en la ejecutoria de Santiago del Valle. El artículo 417.9 de la ley orgánica del Poder Judicial, por el que se ha abierto expediente a la magistrada, sanciona precisamente con la suspensión, el traslado forzoso e incluso la expulsión de la carrera judicial la comisión de faltas muy graves debido a "la desatención o el retraso injustificado y reiterado en la iniciación, tramitación o resolución de los procesos y causas o en el ejercicio de cualquiera de las competencias judiciales". El CGPJ nombrará ahora a un instructor del expediente disciplinario abierto a la juez y, tras investigar lo ocurrido, emitirá una propuesta de sanción que deberá resolver la propia Comisión Disciplinaria del órgano de gobierno de los jueces.
El condenado que permanece fugado fue detenido en la llamada operación Tixe de la Policía Nacional, una de las actuaciones más importantes llevadas a cabo en la provincia de Sevilla en los últimos dos años y que se saldó con la incautación de 30 kilos de heroína, valorados en más de dos millones de euros, y la detención de cuatro narcotraficantes. En el domicilio de uno de ellos, la Policía intervino además seis armas de fuego, siete armas blancas, un silenciador y tres cargadores de fusil. También fueron incautados cinco vehículos de gran cilindrada, en uno de los cuales los traficantes habían construido un zulo en la guantera con capacidad para albergar cuatro kilos de droga.
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