Hace unos días nos hacíamos eco de una noticia publicada en ABC sobre la prueba de alcoholemia realizada por la Guardia Civil al conductor de una comisión judicial que se había desplazado al puente de Juan Carlos I para proceder a un levantamiento del cadáver de una joven que se había precipitado al vacío. Todo había comenzado cuando el vehículo que trasladaba al juez y al forense procedía a realizar una maniobra en un rotonda y una motocicleta de la Policía sufrió un percance y acabó debajo del vehículo oficial. Mientras el forense certificaba la muerte, el motorista pidió explicaciones al conductor del coche, que no se mostró en nada colaborador. La situación se complicó y el policía dio aviso a la Guardia Civil para que le practicaran la prueba de alcoholemia al conductor del coche oficial. La prueba resultó negativa y el conductor pudo trasladar de nuevo al juez y al forense hasta los juzgados del Prado de San Sebastián.
Después de una primera confusión con respecto al resultado de la prueba de alcoholemia, en la que ya aclaramos que el conductor dio completamente negativo (vamos como el Buckler 0,0), Justicia sevillana puede aportar hoy nuevos datos: La confusión inicial se generó cuando el conductor del vehículo judicial salió del mismo y le preguntó al policía lo que había pasado. Según fuentes consultadas, el conductor lleva una dentadura postiza y, al parecer, el policía no comprendió bien las palabras que le había dirigido el primero, hasta el punto de que llegó a pensar que podría estar ebrio por su forma de hablar.
1 comentario:
Si al final resultará que la prueba no se la hicieron al conductor del vehículo oficial, sino a un oficial de mecánica que pasaba por allí.................
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