La saharaui Ghedjemoula Mohamed Bibat vuelve a ser desde ayer una madre completamente feliz, una vez que ha podido recuperar a su hija de siete años, que permanecía acogida desde hace casi dos años con una familia de Villaverde del Río. El feliz reencuentro se produjo pasadas las siete de la tarde en la estación de autobuses de Plaza de Armas, desde donde madre e hija tomaron anoche un autobús con destino a Zaragoza.
En la capital aragonesa, Ghedjemoula Mohamed y su hija pasarán a vivir con un abuelo de la niña, "que tiene nacionalidad española, piso en propiedad y trabajo", comentó Ghedjemoula Mohamed antes de reencontrarse con su hija.
La mujer saharaui, que se vio obligada en enero pasado a presentar una denuncia por sustracción de menores contra el matrimonio de Villaverde, afirma que no le guarda rencor a esta familia. "Le he perdonado todo a la familia. La han tratado bien y le han cogido cariño en estos casi dos años, por lo que perdono lo que pasó. Creía que había perdido a mi hija y hoy la vuelvo a encontrar", asegura la madre a través de Fátima, una amiga que hace las veces de intérprete.
La madre ha autorizado que se pueda fotografiar el momento del reencuentro, salvaguardando la identidad de la menor, pero la familia de Villaverde, que quiso quedarse hasta que partiera el autobús, a las diez de la noche, se opuso con vehemencia a que se captara el momento y para ello se colocaron delante de la niña, provocando con esta actitud los únicos instantes de tensión que se produjeron durante la entrega.
La madre confiesa que el domingo no pudo ni siquiera dormir de la emoción. "Es un momento que no se puede explicar", añade Ghedjemoula Mohamed, que recuerda cómo la entrega de la niña se retrasó hasta por la tarde porque la pequeña le había pedido tiempo para poder asistir a la fiesta de fin de curso con sus amigas. "Después voy contigo", fueron las palabras de la niña a su madre.
Durante los cinco meses que han pasado desde que el juzgado de Lora del Río ordenó la vuelta de la niña con su madre biológica y abortó de esta forma que se repitiera otro caso Iván y Sara, en el que una madre pleiteó durante 11 años para recuperar a sus hijos sin lograrlo, Ghedjemoula Mohamed ha podido ver todos los fines de semana a su hija, aunque siempre en casa de la familia de acogida. "Mi hija me esperaba en la puerta de la casa cuando iba a verla cada fin de semana", evoca la mujer saharaui sin poder ocultar su satisfacción ante el regreso.
Su abogado, Juan Ignacio Fernández de la Mata, se acercó ayer hasta la estación de autobuses de Plaza de Armas para comprobar que no había ningún problema. "Todo ha ido muy bien", señaló el letrado, que también está satisfecho sobre cómo ha finalizado el caso. Madre e hija emprenden ahora una nueva vida en Zaragoza, porque la intención de la familia es quedarse a vivir en España.
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