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23 junio 2006

El perdón de las maltratadas a sus maltratadores

Una mujer ha pedido al juez que condenó a su marido por infligirle malos tratos que le conceda la libertad porque el acusado, que tiene problemas con las drogas, es quien mantiene a toda la familia. El marido, J. F. F., de 43 años, ha sido condenado a tres años y medio de prisión por delitos de maltrato habitual, amenazas y lesiones a su mujer. La sentencia incluye también la prohibición de que el reo se acerque a una distancia de 300 metros de la esposa o se comunique con ella durante otros seis años y medio. A pesar de la condena y de la prohibición concreta de comunicarse con la esposa, ésta sigue viendo al esposo en la cárcel, donde mantiene encuentros vis a vis con él. Además, la víctima ha comparecido en el juzgado que condenó a su compañero sentimental, pidiendo la excarcelación porque, según alega, no le tiene miedo y además es el único sustento económico de la familia, que tiene tres hijos menores de edad. La mujer ha llegado incluso a manifestar que sabe "cómo llevar" a su marido, que tiene problemas de adicción a la cocaína y la heroína. La sentencia del Juzgado de lo Penal número 1 recoge que J. F. F. había sido condenado con anterioridad a otros seis meses de prisión por haber amenazado a su esposa, con la que mantiene una actitud "agresiva y violenta" debido fundamentalmente a su drogodependencia. En la madrugada del 17 de noviembre de 2005, el acusado, que se hallaba en el domicilio familiar en la calle Luis Ortiz Muñoz de la barriada de las Tres Mil viviendas, se levantó y "sin mediar palabra alguna" comenzó a romper los enseres de la vivienda y amenazó a su mujer con matarla. A la mañana siguiente, el individuo continuó con las amenazas de muerte a la mujer, de modo que ésta avisó a la Policía ante el temor de que cumpliera sus propósitos. Delante de los agentes, el marido llegó a intimidarla de nuevo, al afirmar que "tenía que cortarle el cuello", unas amenazas que se produjeron en presencia de los hijos del matrimonio.
El Juzgado de Violencia sobre la Mujer acordó entonces una medida de alejamiento, prohibiendo que el acusado se acercase a menos de 200 metros de distancia del domicilio de la esposa, con la que tampoco podía ponerse en contacto. Sin embargo, la mujer permitió pocas semanas después que el marido regresara al domicilio. El 1 de febrero de este año el procesado, nuevamente bajo los efectos de las drogas y al igual que en ocasiones anteriores sin motivo alguno, comenzó a insultar a la víctima, a la que acusó de haber mantenido relaciones con un familiar. El individuo sacó entonces un cuchillo de entre sus ropas y, tras agarrar a la mujer por el pelo, le asestó sendos pinchazos en la cara y en el cuello, oasionándole diversas lesiones.
La Policía detuvo al marido, que ingresó en prisión preventiva ante la gravedad de los hechos denunciados. Unos días después, la víctima compareció en el juzgado y solicitó el alzamiento de la medida de alejamiento y la libertad del acusado, intentando retirar la denuncia y renunciado a la indemnización que pudiera corresponderle por los malos tratos. La orden de alejamiento fue retirada y actualmente la víctima sigue visitando al esposo en la cárcel. En el juicio, el acusado reconoció los hechos y aceptó la condena de tres años y medio de prisión que le pidió la Fiscalía.

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