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20 diciembre 2007

Carmen Fernández, descanse en paz


Ha muerto Carmen Fernández, la madre coraje que logró salir del alcohol para recuperar a sus hijos, Iván y Sara. Enferma de cáncer desde hace varios años, Carmen Fernández se ha ido sin que la Justicia haya resuelto la cuestión de la millonaria indemnización que le concedió por no poder devolverse a sus hijos. Ella no quería el dinero. Durante años luchó en los tribunales, en los que ganó hasta 11 sentencias, para recuperar a sus pequeños. Todo ha sido en vano. Ha muerto sola, en un hospital de Madrid. Su última satisfacción se produjo hace poco tiempo, cuando su hija decidió volver a vivir con ella, pero a Iván no logró recuperarlo. Su muerte quizás deba hacer pensar a la Justicia y a los políticos sobre cómo se están resolviendo las situaciones de desamparo de menores. Los tribunales fijaron en 1,7 millones la indemnización para la madre, al estimar que incluso el cáncer que padecía se debía al "tortuoso calvario" que tuvo que pasar durante años para intentar recuperarlos. La Junta de Andalucía, condenada a pagar la indemnización, aseguró en un primer momento, tras conocer la sentencia, que no recurriría el fallo, pero poco después -quizás tras recibir un consejo de alguien próximo al caso, no hace falta que se diga más- cambió de criterio y la recurrió. Eso impidió a Carmen haber disfrutado de sus últimos meses con la satisfacción de que podría darle a sus hijos todo cuánto necesitarán. El recurso de la Junta motivó el bloqueo de la cuenta bancaria, sólo pudo sacar unos 200.000 euros que ni siquiera ha podido gastar. Todos aquellos que han tenido su parte de culpa en el calvario de esta mujer deberían ahora reflexionar, también los padres de acogida que lucharon enconadamente para no devolver a los niños y después, cuando tenían problemas con Sara, decidieron dejársela a la madre...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Soy abogado ejerciente ajeno a este caso y sin relación de amistad con ninguno de los intervinientes, vaya esto por delante.

Estoy absolutamente convencido al 100% que la muerte de esta mujer no va a hacer pensar nada a los responsables de esta verguenza.

Si la indemnización la tuviesen que pagar personalmente los responsables, otro gallo cantaría en este país, y a lo mejor la Administración (en todos sus ámbitos) funcionaría bien de vez en cuando.

¿Reflexionar? Apuesto lo que sea que se irán echando las culpas unos a otros, y al final resultará que nadie ha hecho nada mal.

Para finalizar, mi felicitación para el compañero que tanto lleva sufrido, porque sin alguien como él la justicia en este caso concreto no existiría ni en minúsculas.

Anónimo dijo...

La muerte de esta mujer, pobre mujer enferma de cancer, no creo que tenga nada que ver con el hecho de que sus hijos en principio no hubieran querido volver con ella. Cuando Sara quiso volver, volvió. Iván no quiso volver, porque no había convivido casi nada con ella. No la recordaba como madre.

No se le debe echar a nadie la culpa de su situación. Todos los participantes en ella han sido víctimas de una administración que no ha funcionado. Ella, los dos niños y los padres de acogida

Anónimo dijo...

y qué decir del espectáculo insólito de un juez de instancia ensoberbecido y enfrentado a la Audiencia Provincial, empeñado en no cumplir lo que se le ordena. Esto con idependencia de que los argumentos de la sala civil para fijar la indemnización fueran más que discutibles, así como dar por sentado que el cáncer de se debe a los tremendos sufrimientos de esta pobre mujer (un dislate científico y jurídico). Un buen ejemplo de lo peor de nuestra Justicia, un caso triste y terrible, que esta vez no podemos achacar a la "falta de medios materiales ni humanos" que en otra ocasiones sí es excusa válida.

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