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14 junio 2007

Un jefe aficionado a desnudarse ante sus empleadas

Un juzgado de Sevilla ha condenado a un hombre a pagar una multa de 360 euros y a indemnizar a una joven empleada ante la que se desnudó en varias ocasiones y a la que realizó diversos tocamientos libidinosos, aunque la sentencia le ha absuelto de abusos sexuales después de que el acusado llegara a un acuerdo con la Fiscalía.
El acoso de la trabajadora, de 18 años, tuvo uno de sus primeros episodios en mayo de 2002, cuando el acusado le pidió que le acompañase a Córdoba y, aprovechando que la ciudad estaba en feria, dieron una vuelta por el recinto acompañado por una segunda empleada. La sentencia del juzgado de lo Penal número 1 recoge que al volver a la oficina tras haber estado en la feria, el acusado "propuso a ambas empleadas que hicieran los tres un desnudo integral, puso música, se desnudó él íntegramente al tiempo que exigía a ambas que hicieran lo propio, pues si no lo hacían no cogerían el AVE de vuelta a Sevilla".
La actitud del jefe violentó a las dos chicas que, según la resolución, se quitaron ambas "tan sólo la blusa con el fin de terminar cuanto antes con la anómala situación en la que su jefe, paseándose ante ellas completamente desnudo, les pidió que le dieran palmadas en lo glúteos, a lo ambas se negaron". En otra ocasión, el individuo volvió a quedarse sin ropa ante la empleada aprovechando que se hallaban solos y pidió a la joven que le siguiera. La mujer se negó pero aun así "hubo de observar la desnudez de su jefe, llevado quizás por un acceso de narcisismo", recoge como hechos probados la sentencia dictada por el juez Rafael Tirado. Uno de los incidentes más graves tuvo lugar en el mes de julio, cuando el jefe le realizó tocamientos "con ánimo libidinoso" en los glúteos y pechos.
En ese mismo mes, continúa el fallo, el acusado insistió a su empleada en que le dejara desnudarse y estuvo "paseándose de tal guisa por toda la oficina, sentándose en cada una de las sillas correspondientes a distintos empleadas y revolcándose sobre la mesa de quien era personal, estando así durante más de una hora y haciendo que ella lo presenciara", sin que la mujer se atreviera a poner fin a la situación por miedo a represalias y por la "estupefacción que le provocaban tales desmanes".
Cuando la joven se negó a acompañarle en otros viajes a la oficina de Córdoba, el imputado comenzó a reprobar su actitud y a decirle que no cumplía con sus obligaciones. Los tocamientos continuaron durante algún tiempo e incluso una vez trató de besarla en la boca.
Después comenzó a echarle broncas y a gritarle ante sus compañeros, llamándola "tonta" y "floja", y mostrando desprecio hacia su trabajo con comentarios sarcásticos ante terceras personas, lo que provocó que la empleada entrara en una grave depresión.
La Fiscalía había pedido inicialmente una condena de tres años de cárcel para el acusado por delitos contra la integridad moral y abusos sexuales, pero antes de la vista oral retiró los cargos por este último delito porque el jefe indemnizó a la mujer y evitó la celebración de la vista oral.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Antes de leer el final ya me lo olía. Quien tanto aguanta será por algo......

Anónimo dijo...

La sensibilidad como todo en la vida tiene un coste...

Anónimo dijo...

CADA VEZ HAY MAS CHICAS QUE DESPUES DE UNA MARCHA BUSCAN COMPRARSE UN COCHE....O UNAS BUENAS VACACIONES EN PALMA DE MALLORCA, NO? PERO CLARO SERA EL FORENSE O LA AUTORIDAD JUDICIAL QUIEN DETERMINE LO QUE SEA
J U S T O......................JE

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