Google
 
Web justiciasevillana.blogspot.com
Búsqueda personalizada

12 marzo 2006

Una buena anécdota cántabra

Ocurrió en Cantabria, donde un magistrado de la Audiencia recomendó a un matrimonio separado que buscara una reconciliación en la iglesia católica. Sin la menor duda, el juez atribuye la ruptura de la pareja a la intervención del “maligno” y, recogiendo parte de los textos biblícos, compara a la nueva compañera del marido con el “fruto prohibido”. La sentencia resolvía un recurso de apelación presentado por una mujer contra la condena que le impuso un juzgado de Torrelavega y por la que debía pagar una multa por llamar “folladora, puta y guarra” a la nueva compañera sentimental de su marido, a la que dio además una bofetada y le tiró del pelo. Aunque el magistrado Esteban Campelo Iglesias confirma íntegramente la condena a la mujer, en los dos siguientes folios de la sentencia ofrece algunos consejos para que continúen unidos en matrimonio. Para empezar, el juez habla de la existencia de Dios, que ha creado al hombre, y, de la misma forma, también cree que existe el “maligno”. Así, respecto al marido, el magistrado reflexiona: “compartías la vida con tu mujer, tenías una hija, tenías salud y es de suponer que disfrutabas de las condiciones necesarias para vivir una vida normal de agradecimiento a Dios. Sin embargo, apareció en tu vida una mujer mucho más joven que tu esposa y que tú suponías podía hacerte más feliz”. Para el juez la infidelidad está relacionada con la aparición del “maligno”. “Quieres a toda costa beberla en su integridad —la vida—, rechazando todo lo que te lleve o suponga la muerte, y como tu mujer, a una determinada edad, supones tú que ya no te puede dar sexo, afectividad o la vida que anhelas, pues vas a beber de otra fuente que estimas menos gastada”. A pesar del conflicto, el juez entiende que todavía es posible la reconciliación y por ello propone a los cónyuges que pongan en sus vidas “el espíritu de Jesucristo Resucitado” y acudan a la iglesia católica, que es “la fuerza salvadora”.
Lo que habrá que preguntarse qué es lo que pensó la mujer cuando recibió la sentencia, porque además de que le costó un dinero se llevó una reprimenda que, más que provenir de un juez, parece que era un cura quien la había condenado… Y el marido pensaría que lo único que había hecho es tener una aventurilla, una canita al aire...

No hay comentarios:

Nueva posibilidad de enviar mensajes