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28 marzo 2006

Las extrañas coincidencias

Una letrada (sólo diré que su nombre empieza por A) acudió recientemente a un juicio en la Audiencia de Sevilla. Como la vista iba durar toda la jornada, a mediodía el presidente realizó la tradicional parada biológica. La letrada acudió al baño y entró en uno de los aseos. Cuando terminó de hacer sus necesidades se topó con uno de los magistrados que estaba lavándose la cara, mientras que otro estaba utilizando el urinario empotrado en la pared. Otra persona, de sexo masculino y que conocía a la abogada, entraba en ese momento en los servicios. La abogada le saludó amablemente y fue en ese momento cuando se dio cuenta de que se había metido por error en los aseos de caballeros. La letrada se marchó rápidamente pero durante el resto del juicio no pudo mirar a los miembros del tribunal por la vergüenza que le daba. Moraleja: Ten cuidado donde entras porque todavía hay muchos juzgados donde no hay carteles para diferenciar el servicio de hombres del de las mujeres.

1 comentario:

jmcaleroma dijo...

... es que no se debe mirar a los miembros el tribunal...hay que dejar a los miembros tranuilos durante los juicios.

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