Si las miradas lascivas fueran delito las cárceles españolas estarían abarrotadas

¡Menos mirar y más trabajar!". Con esta frase se dirigió un vecino de Sevilla a dos agentes de la Policía Local, a los que acusó de haber mirado el "trasero" a su joven esposa. La denuncia de este ciudadano, que imputaba a los agentes una falta de respeto, y el atestado que realizaron a su vez los policías, que acusaban igualmente a esta persona de haberles hablado en una actitud chulesca, fueron abordadas en un juicio de faltas celebrado recientemente en Sevilla.
La titular del juzgado de Instrucción número 13, María Auxiliadora Echavarri, después de analizar el testimonio del vecino y de los policías locales ha llegado a la conclusión de que no se ha podido acreditar ninguno de los hechos relatados en ambas denuncias, por lo que ha absuelto a unos y a otros. Los hechos se remontan al pasado 16 de enero y se produjeron en la avenida de las Ciencias, donde el denunciante, un joven de 29 años, sostuvo que los agentes de la Policía Local que viajaban en un patrullero "le miraron el trasero a su esposa", por lo que, al llegar a su altura, les profirió la polémica frase.
Por su parte, los policías relataron en su atestado que el joven les faltó al respeto. "Que te he ligao mirando a la parienta, que sois unos chulos y nada más que os dedicáis a mirar a las niñas, que la tienes muy dura". El agente le explicó entonces que se trataba de un malentendido, pues ni siquiera se había percatado de la presencia de la mujer. Sin embargo, la reacción del marido fue nuevamente airada. "Tú te crees que soy tonto y me voy a creer lo que me digas porque lleves ese uniforme y esa plaquita, artista".
De la misma forma, la Policía sostiene que cuando informaron al vecino de que iban a denunciarle por una falta de respeto a la autoridad, éste respondió de forma irónica. "Mira, ahí tienes mi carné, escribe todo lo que quieras que me voy a tomar un café", recoge el atestado, que añade que el hombre gesticulaba mientras hacía todos estos comentarios. "Se os van a quitar las ganas de acosar a las mujeres, artistas, os voy a quitar el uniforme, y termina ya que tengo que recoger a la niña", concluye el relato policial remitido al juzgado.
Tras analizar una y otra versión de lo ocurrido, la juez señala en la sentencia que no se ha probado que los agentes de la Policía Local tuvieran un trato vejatorio y humillante con el vecino cuando le pidieron que se identificara después de que el denunciante "apreciara que dicho agente había mirado de forma lasciva a su esposa".
Así, la resolución indica que esta "apreciación personal no ha sido acreditada en el acto del juicio y la solicitud de identificación por parte de los agentes no se considera una extralimitación en el ejercicio de las funciones de su cargo", por lo que ha decidido absolver a los dos policías locales.
La juez ha adoptado la misma decisión por lo que se refiere a la denuncia presentada por los policías locales, al entender que tampoco ha quedado debidamente acreditado que el celoso marido profiriera las expresiones que se recogen en el atestado policial ni que el joven "tuviese un comportamiento que deba ser objeto de reproche penal alguno".
En la vista oral, el esposo negó haber pronunciado las frases recogidas por los funcionarios en el atestado y sostuvo su versión de que el incidente se originó porque uno de los agentes "miró" a su mujer. Este testimonio fue corroborado por los únicos testigos presenciales de los hechos: la esposa y un hermano del joven denunciado por los agentes. Estas dos personas aseguraron en su declaración que "en ningún momento" su familiar se dirigió a los policías en los términos que contempla el acta levantada por los funcionarios, por lo que el juez ha acordado de la misma forma su absolución.

Moraleja: Si las miradas lascivas fueran delito las cárceles españolas estarían abarrotadas. Alguno incluso habría acabado con sus huesos en Guantánamo.
Firmado: un delincuente reincidente.